(1933 - Salvador Novo)
La renovada muerte de la noche en la que ya no nos queda sino la breve luz de la conciencia y tendernos al lado de los libros de donde las palabras escaparon sin fuga, crucificadas en mi mano, y en esta cripta de familia en la que existe en cada espejo y en cada sitio la evidencia del crimen y en cuyos roperos dejamos la crisálida de los adioses irremediables con que hemos de embalsamar el futuro, y en los ahorcados que penden de cada lámpara, y en el veneno de cada vaso que apuramos, y en esa silla eléctrica en que hemos abandonado nuestros disfraces para ocultarnos bajo los solitarios sudarios, mi corazón ya no sabe sino marcar el paso y dar vueltas como un tigre de circo inmediato a una libertad inasible. Todos hemos ido llegando a nuestras tumbas a buena hora, a la hora debida, en ambulancias de cómodo precio o bien de suicidio natural y premeditado. Y yo no puedo seguir trazando un escenario perfecto en que la luna habría de jugar un papel importante, porque en estos momentos hay trenes por encima de toda la tierra que lanzan unos dolorosos suspiros y que parten, y la luna no tiene nada que ver con las breves luciérnagas que nos vigilan desde un azul cercano y desconocido lleno de estrellas políglotas e innumerables.
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2 comentarios:
Me parece que todas las estrellas deben ser políglotas.
Hola tigrita Dios te bendiga, felicitaciones por todos los reconocimientos que has recibido con tu blog, en verdad te los mereces hija, por todo lo que dejas plasmado en tu líneas.
Te invito a leer mi última entrada :)
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